
El presentimiento
La familia rodeaba al moribundo. El moribundo habló con lentitud: “Siempre creí que yo no viviría mucho”. Los niños clavaban en él sus conmovidos ojos. El moribundo continuó tras un suspiro: “Siempre tuve el presentimiento de que me iba a morir muy pronto”. El reloj del comedor tocó la media y el moribundo tragó saliva. “Luego, a medida que he ido viviendo, llegué a creer que mi presentimiento era falso”. El moribundo concluyó juntando las manos: “Ahora, ya veis: con ochenta y seis años bien cumplidos comprendo que ese presentimiento ha sido la mayor verdad de mi vida”.
Juan Pedro Aparicio.
1a Il·lustració del Curs d'ill·Lustració per a LLibres infantils i Juvenils.
Professora: Gabriela Rubió

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